Hay que estar preparado para morir...En el verano, estábamos
pescando con un amigo en un río caudaloso. De repente él
quiso cruzar a la otra orilla, se resbaló y la corriente comenzó a arrastrarlo.
Su traje de pesca se llenó de agua y lo tiró al fondo. Yo me tiré también
para ayudarlo y los rápidos nos llevaron río abajo. Llegamos
como pudimos a la orilla.
Ya habiendo vuelto los dos a la arena, me quedé pensando...
..nunca sabremos el día ni la hora, ni como ni donde vamos a morir...sólo
sabemos que cuando llegue ese momento, tenemos que ser capaces de
decir: "he vivido al máximo mi vida y finalmente estoy listo para la
eternidad"...cualquier titubeo en esto, debe hacernos pensar...(Francisco)