Quieres ser santo! No lo intentes “a tontas y a
locas”
¡Tienes que ser inteligente y práctico!…¡Nada de
ser un hippie espiritual!
Si lo quieres de verdad, piensa: ¿como lo lograré?
¿Qué tengo que comenzar a hacer y que tengo que
dejar de hacer?, ¿que debo aprender, que tengo
que cambiar? ¿Qué hábitos debo forjar?
Toda historia de éxito comienza con un buen
comienzo: ¡has tu propio plan de acción! Y
céntrate en tus fortalezas!!